El calor del verano pone a prueba las tuberías de tu casa, por lo que detectar fugas de agua es fundamental. El calor dilata las tuberías, lo que aumenta el riesgo de fugas en aspersores, aires acondicionados y tuberías de agua. Empieza con una revisión casera: busca manchas de humedad debajo de los lavabos o en el jardín. Presta atención a las goteras en los momentos de tranquilidad. Monitorear el consumo de agua con tecnología inteligente te lleva aún más lejos: detecta fugas antes de que se inunden. Un goteo lento puede desperdiciar 75 litros al día, según la EPA, lo que aumenta las facturas y perjudica la conservación del agua.
Actualízate con un dispositivo que te avisa al instante y corta el agua si es necesario. Combina esto con hábitos como regar el césped temprano para evitar la evaporación. El estrés del verano no tiene por qué ser un desastre: mantente alerta y usa la tecnología para mantener tu casa seca. Pequeños pasos ahora evitan grandes reparaciones más adelante.
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