El calor del verano somete a presión las tuberías de su hogar, lo que aumenta el riesgo de fugas de agua. Como propietario, proteger su propiedad comienza por comprender dónde se esconden las fugas: piense en los grifos exteriores, los aspersores y los aparatos de aire acondicionado sobrecargados. Una sola fuga puede desperdiciar 6,300 galones al mes, según la EPA, lo que aumenta las facturas y pone en peligro los esfuerzos de conservación del agua. Comience por inspeccionar las mangueras y tuberías en busca de grietas. Preste atención a los silbidos o revise si hay manchas de humedad en su jardín. En interiores, revise su calentador de agua y electrodomésticos para detectar goteos inusuales.
Invertir en un sistema de detección de fugas de agua es revolucionario. Estas herramientas registran el consumo de agua en tiempo real y te alertan de cualquier anomalía mediante aplicaciones para smartphones. Las tormentas de verano también pueden causar atascos, así que asegúrate de que los desagües estén limpios. Combina la tecnología con hábitos como cerrar la llave de paso del agua durante los fines de semana largos. Conservar agua no solo ahorra dinero, sino que también reduce la presión sobre los recursos locales. Un pequeño esfuerzo ahora previene una inundación más adelante, manteniendo tu hogar seguro y seco durante toda la temporada.
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Con apagado automático y alertas de aplicación, este dispositivo ofrece a los propietarios tranquilidad y protección contra fugas.
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